El Heavy Metal a lo largo de su historia ha tenido relevancia por ser un género musical versátil, dinámico y cambiante frente a los estigmas demoniacos y violentos que durante más de treinta años lo han caracterizado. Menester mencionar que insertándose en su ambiente sonoro y lírico incita a la reflexión e investigación del porqué su razón de ser, preguntándose de primera mano sobre los antecedentes históricos que fundamentan los temas relacionados a las urbes (sus principales espacios) y las dinámicas sociales por las cuales se ha forjado. Esto último argumenta que esta música propone una variabilidad de contenidos que rebasa el imaginario colectivo y se sumerge en la crítica y problemáticas circundantes que por medio del arte engloba una proyección fuerte, de alto decibelio, tempo y rítmica instrumentales que abarca postulados de protesta, historia de las ciudades, procesos históricos, religiosos, marginales, así como la metáfora, la alegoría literaria, fantástica, poética y temas personales e individuales que versan en el romanticismo, la psique, el nihilismo, la muerte y el mencionado satanismo. Esto último, interesante en términos de continuar la indagación académica a que esta música es poseedora e incluyente de una experiencia filosófica rodeado de religiosidad que embate las sendas de lucha entre el bien y el mal, poseyendo a manera propia un halo espiritual en sus acordes, melodías y en los partidarios adscritos a este grupo cultural.